Filosofía y budismo en China: Nociones preliminares, prajna paramita, Eduardo Donin García
NOCIONES PRELIMINARES PARA UN ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA Y EL BUDISMO EN CHINA I
Conciencia histórica y prajna paramita
En esta serie de artículos, que desarrollaré, posteriormente, me propongo un estudio tanto del budismo en China como del budismo chino. Serán unas nociones muy básicas, con la pretensión de que dicho conocimiento nos acerquen a una mejor comprensión de los textos fundacionales del zen. Para ello se hace necesario tener unas nociones previas que nos acerquen a dicho objetivo.
En primer lugar, no es lo mismo el budismo en China que el budismo chino. El budismo como tal, desarrollado por el Buda histórico se origina en un contexto particular y en una cultura religiosa particular como era la religión védica. Es decir en el contexto histórico cultural indio. China e India son dos civilizaciones muy distintas, que no compartían una misma concepción del cosmos. Por tanto cuando hablamos del budismo en China, hablamos de cómo fue introducido el budismo primitivo en la cultura China. Cuando hablamos de budismo chino, se refiere a escuelas particulares chinas que desarrollaron el budhadharma y lo adaptaron a la cultura China.
Por poner un ejemplo respecto a ello, ahora mismo vivimos en un budismo en Europa, o desarrollo del budhadharma en Europa, ya que las enseñanzas de Buda han sido introducidas en dicho continente que es el nuestro. En ningún lugar y bajo ningún pretexto podemos actualmente de hablar de un budismo europeo, o budhadharma europeo, ya que no hay ninguna escuela propiamente europea que haya desarrollado un budhadharma particular y adaptado a nuestra cultura, y tiempo, simplemente seguimos las enseñanzas tradicionales de escuelas tradicionales, en nuestro caso del zen. Por tanto estamos en la época del budhadharma en Europa. Si se desarrollará un budhadharma europeo no lo sabemos, estamos simplemente en un periodo histórico de asimilación de las enseñanzas de Buda en Europa.
Si se desarrollase en algún momento dicho budhadharma europeo, hemos de entrever que será diferente a los budhadharmas tradicionales, y este tendrá características propias. Puede que este tenga diferentes relaciones maestro-discípulo, y diferentes formas de ver el budhadharma. Dicho budhadharma tampoco será ajeno a las neurociencias, aunque no se quedará anclado en ellas, y el horizonte ético del mismo intentará hacer frente a los problemas de la actualidad de la cultura europea y del mundo en general. Por lo tanto, el budhadharma estará indudablemente expuesto a una evolución. En ese sentido nos será de ayuda el conocimiento histórico de cómo los chinos realizaron el desarrollo de su budhadharma particular. Todo ello deberá ser realizado sin que las enseñanzas de Buda, pierdan su verdad y su esencia.
En segundo lugar conviene diferencia lo que sería un conocimiento histórico o conciencia histórica de lo que sería la prajna paramita, ya que son saberes distintos. Es conveniente una clara conceptualización de ambos términos para evitar malentendidos. Así por ejemplo cuando se dice que Bodhidharma introduzco el zen en china, eso es algo que es históricamente falso. El budhadharma se introduzco en China a partir del siglo II antes de Cristo, y Bodhidharma es del siglo VI después de Cristo. Es decir que existieron nada más y nada menos que cinco siglos de budismo en China para cuando llego Bodhidharma con su “zen”. Así que podemos decir que Bodhidharma fue uno entre muchos que introdujeron el budismo en China en diferentes momentos culturales e históricos. La penetración del budismo en China abarca siglos, aunque generalmente fueron monjes indios los que lo introdujeron y fundaron monasterios.
La conciencia histórica o el saber histórico nos llevan a este tipo de perplejidades, y es posible que un estudio histórico del budismo sea enriquecedor. Ahora bien, este tipo de perplejidades no afecta esencialmente a nuestra práctica que es fundamentalmente desarrollar la prajna paramita, a través de nuestra práctica de zazen, y de lo que nos acaece en nuestra vida cotidiana. Dicho de otra forma, esto quiere decir, que aunque las historias trasmitidas por el Denkoroku, sean históricamente falsas, o estén envueltas en leyenda, como la concepción mágica de patriarcas a través de mujeres que se quedan embarazadas en sueños, y cosas por el estilo, no afecta a la “verdad” de nuestra práctica y de nuestra experiencia del zen.
Poco importa que Buda o Bodhidharma existieran o no, o existieran tal y como la leyenda lo trasmite. O fueran concebidos tal y como la tradición lo trasmite. O que Buda levantara la flor ante Mahakasyapa, o no la levantara, y Mahakasyapa sonriera o no sonriera, ya que todo eso es un símbolo de la trasmisión de la prajna paramita. Nosotros lo entendemos, porque a través de zazen experimentamos la prajna paramita, sentimos que la desarrollamos, porque sentimos también una vida más liberada, y porque todo ello se hace experiencia, que es el carácter fundamental del budhadharma. No somos creyentes en Buda. Ni seguidores de Buda. Las verdades de Buda son verdades en función de ser experimentadas. Antes de ser experimentadas son guías, o enseñanzas dignas de confianza, no dogmas.
Esto es una diferencia fundamental con el cristianismo, ya que el evangelio y el nuevo testamento pretenden ser una verdad histórica. Si se demuestra que el Cristo no existió, o no lo hizo tal y como es trasmitido por el cristianismo, el mensaje fundamental del nuevo testamento dejaría de tener validez. Ya que este no pretende ser un mito, sino una realidad histórica. En ese sentido en el budhadharma, la relación con el mito es muy diferente, porque este esconde una verdad, detrás del símbolo. Ahora bien, la conciencia histórica también nos dice, que si la reencarnación o trasmigración no existe, un aspecto esencial de la enseñanza de Buda se ve claramente afectado. Si creemos que después de esta vida no hay absolutamente nada, y que la nada nos espera después de este viaje que es nuestra vida, nuestra práctica se alejará del budismo tradicional, y nuestra práctica se convertirá en una forma de superar la angustia ante la muerte total. En principio esto no es ni bueno ni malo, pero sería una manera de negar la continuidad del karma.
Aceptar los postulados de nuestra época, implica ver la dificultad que el ser humano post-ilustrado y occidental tiene para aceptar creencias religiosas, una vez abandonado el cristianismo tradicional, por una reflexión crítica de la razón. Es el tiempo que nos toca vivir, siendo nietos de la Ilustración en la era de la posmodernidad. (Continuará….)
Eduardo Donín García
Dojozen Genjo Pamplona/Iruña
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