Sabiduría última y sabiduría relativa, Roland Yuno Rech
SABIDURÍA ÚLTIMA Y SABIDURÍA RELATIVA
ROLAND YUNO RECH
Se debe comprender que hay dos niveles de sabiduría.
Hay una Sabiduría Última, una sabiduría profunda, que se enseña, por ejemplo, en el Hannya Shingyo, aquella a la que se puede acceder practicando zazen. Es comprender la esencia de todo lo que existe. Dicho de otra forma comprender los dos grandes principios de vacuidad y de interdependencia, que van juntos: Impermanencia, Vacuidad e Interdependencia. La Sabiduría Última es ver la verdadera naturaleza de los fenómenos.
La Sabiduría Relativa es comprenderse a sí mismo y comprender los mecanismos de la causalidad que hacen que se funcione de tal manera, que se sienta tal tipo de emoción, que uno se encuentre un tal situación. Por lo tanto es la comprensión de los fenómenos en donde se manifiestan sus diferencias. A diferentes situaciones diferentes fenómenos… Y cada vez hay algo que comprender y una sabiduría a extraer de esa comprensión, de manera a tener una respuesta adaptada a la situación, que es provocada por un cierto número de fenómenos interiores, exteriores, etc.
Por contra, la Sabiduría Última es mucho más radical. La Sabiduría Última no se vuelca en el análisis de la causalidad, en los procesos por los cuales llegan los fenómenos. La Sabiduría Última es considerar que, de todas maneras, los fenómenos son causados, son interdependientes y, por lo tanto, no tienen substancia propia.
Así que la Sabiduría Última conduce directamente al desapego, al soltar presa.
Mientras que la Sabiduría Relativa conduce a elegir, orientados por ciertos valores. Esos valores son, a mi entender, principalmente la bondad y la compasión.
Es decir en el hecho que –y es allí donde se ve la articulación de los Tres Pilares– por la práctica de la concentración se llega a ver más claro en uno mismo y se llega, sobre todo por la concentración y la observación, al soltar presa, al ver y dejar pasar. Porque no nos dejamos arrastrar por los fenómenos. Somos verdaderamente como el espejo que deja pasar los fenómenos sin adherirse a ellos, sin retenerlos.
Por lo tanto, esa concentración permite a la vez ver más claro en uno mismo, a nivel de los fenómenos relativos y, sobre todo, de contactar con la naturaleza última de los fenómenos, es decir la Vacuidad. Es necesaria la concentración y la observación para eso. Y ambas permiten la sabiduría. Sin ellas no puede haber sabiduría.
MONDO:
P: En otras enseñanzas, decías, que los Preceptos se realizan naturalmente cuando tocamos la Realidad Última.
Roland: Si comprendes la Realidad Última eso quiere decir que comprendes que no hay un ego sólido, que hay solo interdependencia. Por lo tanto eso impide ser egocéntrico. Y si no se es egocéntrico, vamos a estar abiertos a la dimensión de la compasión, de la benevolencia hacia todos los seres, porque uno se pone en su lugar. Es lo que se llama el fenómeno de la empatía, ponerse en el lugar del otro.
Si se es empático, automáticamente se respetan los preceptos. Porque no se le puede hacer daño al otro. Hacer daño al otro es hacerse daño a uno mismo. Así que no podemos hacerlo. No es solo un sentido de deber o no deber: ¡No se debe! Porque los preceptos son “No se debe”: no matar, no robar, no mentir. Pero a partir de la Sabiduría Última encontramos los verdaderos fundamentos de la ética que es la base de los preceptos. Eso nos permite, a cada momento, por sabiduría, saber lo que hay que hacer.
Traducción: Dojozen Genjo PAmplona/Iruña
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