INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA CHINA II : El pensamiento Chino, el centro y el Buda

 

                          


                                       INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA CHINA II                               

                                            El pensamiento Chino, el centro y el Buda

Dentro del estudio de la filosofía china, es imprescindible adentrarse en las diferencias entre el confucionismo y el taoísmo. Son las formas anteriores que residían en China antes de la penetración del budismo en dichas tierras. Pero antes de ello, debemos de ver ciertas coordenadas del pensamiento chino.

No debemos tan sólo hablar de nación china, sino de civilización china. China es una civilización, más que una nación y como tal debemos de verla. De alguna manera también la civilización china es nuestro otro cultural. Estamos bastante alejados de los parámetros culturales chinos, y de las coordenadas de su pensamiento.

Dicho de otra forma, la India con toda su complejidad, es más cercana a nosotros. De hecho, el sánscrito, la lengua sagrada de los hindúes, es una lengua indoeuropea. La India como cultura, se crea a través de los pueblos arios que sometieron a una civilización autóctona anterior, que estaba en decadencia. De ahí el carácter de lengua indoeuropea del sánscrito. Los estudios lingüísticos de los primeros orientalistas demostraron la procedencia indoeuropea del sánscrito.

Si las diferencias culturales entre India y China son amplias, podemos imaginar la gran diferencia cultural que existe entre nosotros y China. Empezando ya por su lengua, que está compuesta por ideogramas y pictogramas, o dicho de otra forma, su forma escrita de expresión son en realidad dibujos que expresan ideas.

La estructura sujeto-predicado difiere notablemente de la nuestra. No es que carezcan de sujeto o de predicado, pero un mismo pictograma o ideograma puede hacer la función de sujeto de predicado o de adjetivo dependiendo del orden de la frase o de su contexto.

Por tanto la función de un ideograma no tiene una función rígida. En las lenguas occidentales un verbo siempre será un verbo y un sustantivo siempre será un sustantivo. Si damos por buena la afirmación de que el lenguaje configura el pensamiento (tesis que todavía no está totalmente demostrada, pero que constituye un problema filosófico de la filosofía del lenguaje) podemos entrever, aquello de la relatividad de los conceptos. Algo tan arraigado en la filosofía china, frente a una filosofía occidental que siempre se ha esforzado por la definición del concepto.

Para Occidente el concepto siempre parece haber sido una delimitación, y el concepto siempre aparece ligado a una definición. Tenemos el concepto y tenemos su definición. Esto no quiere decir que dicha conceptualización no acarree problemas filosóficos, pero sí que nos da una comparación, o un contraste con el pensamiento chino, que de alguna manera parece haber tenido muy interiorizada dicha relatividad de los conceptos.

Dicho de otra forma los conceptos se crean unos a otros, unos en comparación con otros, y en contraste con otros. Y dentro del pensamiento chino en el taoísmo dicha tendencia ha sido más marcada que en confucionismo.  

Por ejemplo en el Tao Te Ching podemos leer: “El ser y el no-ser se crean mutuamente. Lo difícil y lo fácil se apoyan mutuamente .Lo largo y lo corto se define mutuamente. Lo alto y lo bajo dependen mutuamente.” 

Por tanto, la definición de largo, si es que algo puede definirse como largo, dependerá de lo que consideremos como corto y su definición depende de ese otro polo que hemos definido como corto. No hay algo como lo largo en sí mismo.

Esa relatividad de los conceptos se puede ver anteriormente en el pensamiento chino, en su organización y forma de crear categorías.  Son anteriores a las creaciones del taoísmo y el confucionismo.

En la escuela a mí siempre me enseñaron que los puntos cardinales eran cuatro y que las estaciones también eran siempre cuatro. Desde las coordenadas de nuestro pensamiento es así. Sin embargo, en las coordenadas del pensamiento chino, no es así, y los puntos cardinales son cinco al igual que las estaciones del año.

Entonces uno puede preguntarse, ¿dónde está la quinta estación o el quinto punto cardinal?  Se torna algo misterioso o de alguna manera algo que entra dentro del mundo de lo impensado. Es posible que no lo descubras hasta que alguien no te lo diga.

El quinto punto cardinal es el centro, y la quinta estación es la tierra. ¿Cómo puede ser esto? Muy sencillo. ¿Respecto a qué existe norte, sur, este y oeste? Sin esa referencia es para el pensamiento chino como no decir nada. Existe norte, sur, este y oeste, en referencia a un punto, en referencia un centro.  Sin centro no existe ni el sur, ni el este ni el oeste. Y el centro es el punto en el cual estamos.

Aunque en China el centro también tiene un significado político. El reino de China se constituye a través de un centro unificador, la gran meseta central; la monarquía, también fue el centro unificador de China, de hecho, las épocas históricas se referencian a través de las monarquías que gobernaban. (Dinastía Zhou, Dinastía Han etc.…)  

La escritura, el código de la escritura es también un centro unificador. Más allá de los diversos dialectos, y de la fonética, la escritura como centro unificador es un código de ideogramas que se entiende, (por todos los que sepan leer, ya que la China antigua era fundamentalmente campesina, y había grandes cuotas de analfabetismo) independientemente de la existencia de diferentes lenguas habladas.

El centro como punto cardinal, también significa la necesidad de tener un centro orientador. Un punto referencial que actúa, como centro unificador, y también como orientación. En la actual bandera China, existen cinco estrellas, una más grande que las otras cuatro. La quinta bandera representa al partido comunista, que es el centro unificador de la actual República Popular China, las otras cuatro estrellas representan a las cuatro clases sociales.

¿Qué tiene todo esto que ver con el zen? Aparentemente nada, pero si uno piensa un poco y deja que ciertas preguntas afloren a la mente, es loable preguntarse: ¿por qué el altar en el dojo está en el centro?  Parece una pregunta banal, sin embargo en la antigüedad nada estaba colocado al azar.

Si uno lo piensa, en otras formas de budismo el altar está colocado en un lado, y se medita mirando al altar.  En el cristianismo es impensable colocar el altar en el centro de la Iglesia. Se debatió hacia donde debe de mirar el sacerdote cuando oficia la misa, y en determinadas épocas la misa se oficiaba mirando al altar y dando la espalda a los fieles.

En determinadas iglesias todavía persisten capillas en los laterales de la capilla principal donde el altar está pegado a la pared. De hecho en la Iglesia ortodoxa, se celebra la misa con el sacerdote dando la espalda a los fieles y mirando de frente al altar. En las iglesias protestantes no hay altar, el altar es sustituido por el púlpito donde el pastor da la prédica. Lo que esto viene a decir es que nada se constituye por azar sino a través de un simbolismo.

En el dojo el altar del Buda, está en el centro. Evidentemente no será por casualidad, y viendo ciertas coordenadas del pensamiento chino, es loable pensar que el Buda en el dojo está en el centro, porque el Buda debe de ocupar el centro. Es el centro, la orientación, la referencia, pero no el Buda histórico, sino nuestra naturaleza de buda, la mente innata de Bankei, la Rigpa no –nacida.

En ese sentido podemos decir que sin centro no hay puntos cardinales y  sin Buda no hay zazen.

Eduardo Donin García.       

        

 

 

 

   

 

 

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