Ryokan, poema de fin de año y postencuentro zen con la sangha de Cuba
POEMA DE FIN DE AÑO
¡Qué lentamente pasa el tiempo este fin de año!
Han caído las hojas
en las mil montañas que me rodean.
Sus diez mil senderos
se han cubierto de escarcha
y ya casi nadie pasa por aquí.
Durante toda la noche , quemando hojas secas,
sopla el viento.
Durante toda la noche oyendo caer la lluvia
vuelvo mi mirada hacia atrás:
la vida es solo un sueño.
Ryokan, El monje loco ha vuelto
Tras años de relación, al final hemos tenido la ocasión de conocer en persona a Yassel Ryushin y a tres de sus estudiantes de la sangha del templo Hoshinji de Artemisa (Cuba). Acabado este encuentro queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los que habéis colaborado, participado, acompañado y acogido en este encuentro.
Un dojo, recordábamos, no es un grupo al estilo de tantos otros en lo social. No lo hace el responsable, ni los enseñantes del mismo. Es algo vivo , una dimensión en lo común que se construye entre todos en esa silenciosa coincidencia que decía Bankey. Cada uno aporta su propio ingrediente para cocinar la comida suprema, para cocinarnos, para pulir en este ir cociéndonos nuestras aristas.
A pesar de las distancias, constatamos una vez más la profundidad de las raíces comunes en la línea compartida que se remonta a Dogen, Kodo Sawaki, Taisen Deshimaru. Reunidos en torno al íntimo y cálido fuego de la práctica transmitida, de shikantaza que nos convoca y une frente al muro en el mismo común empeño de conocernos olvidándonos a nosotros mismos.
Pudimos compartir con Yassel Ryushin, a través de dos charlas que impartió, la historia y momento actual del zen en Cuba, así como su experiencia en Japón en el templo de Sojiji.
Aderezamos el encuentro visitando Chodo an, la Ermita de la Vía del Pájaro, así como el Bosque de robles milenarios.
Y en la despedida expresamos nuestros mejores de deseos de continuidad y reencuentro .
El humo de las cocinas
de diez mil hogares
asciende hacia el cielo.
Mil puertas se abren al alba.
Con mi cuenco vacío,
sereno mendigo mi alimento
en el ilimitado mundo del dharma.
Ryokan, El monje loco ha vuelto
Dojozen Genjo Pamplona/Iruña
Comentarios
Publicar un comentario