ELDON, tercera parte, Roland Yuno Rech

 

 


 EL DON, TERCERA PARTE

Teisho de Roland Yuno Rech – Templo Gyobutsuji,  Niza, enero de 2021

 

Pregunta 3: Has hablado de tres Vehículos, pero conozco solo dos.

RYR: El tercero es el Budismo Tántrico.

P3: Pensaba que formaba parte del Mahayana.

RYR: Sí, forma parte pero él mismo se considera como un tercer Vehículo. Para aclarar esto, lo que se llama Hinayana (yo nunca empleo ese término) o Theravada, es la enseñanza inicial, que está basada fundamentalmente en las Cuatro Nobles Verdades. Por supuesto la gente que practica el Gran Vehículo  sigue   igualmente esas Cuatro Nobles Verdades, pero se concentran sobre todo en las paramita. El aspecto generoso está más acentuado en lo que se llama el Gran Vehículo. Y justamente se llama «Grande»  porque abraza todos los seres, y quiere ser así. Pero no estoy muy de acuerdo con eso, porque en el Theravada se practica también la generosidad. Las personas de ese Vehículo en sus acciones son mucho más Gran Vehículo que los practicantes del llamado «Gran Vehículo», ¡que tienen a veces actitudes más egoístas que la gente del Theravada!

 

Pregunta 4: ¿Cómo se puede practicar el don y la benevolencia en el trabajo cuando se tiene un jefe que nos acosa?

 RYR: Hay que luchar contra el acoso por todos los medios posibles. Pero en primer lugar hay que tratar de hacer comprender a la persona que acosa que es una especie de sufrimiento para ella misma. Las personas que hacen daño (porque acosar es una forma de hacer daño) crean un sufrimiento en su entorno, pero finalmente, también para ellas mismas. Sin ser verdaderamente conscientes, en el fondo de ellas mismas, se hacen daño. Aquel que acosa a los demás comete finalmente algo malo para sí mismo. Cuando alguien comete acciones nefastas, la primera cosa que hay que tratar, por todos los medios posibles, es que deje de hacerlo, impedirle que continue. Pero la mejor manera de impedirle que continue es convencerlo, haciéndole comprender que el acoso y el sufrimiento que provoca a los demás es también algo malo para si mismo.

 

Pregunta 5: ¿Por que se dice que el donante, el que da y la persona que recibe se hacen uno? ¿Cómo se puede comprender esa enseñanza?

RYR: La persona que da está forzosamente en unidad con lo que está haciendo, con el don. Al mismo tiempo el hecho de dar, es darse uno mismo. No hay separación cuando se da. Evidentemente cuando se hace un cheque para UNICEF y se envia por correo, no se tiene la impresión que se da uno mismo, pero en realidad sí. En todas las formas de don hay ese gesto de impulso interior de renunciar a algo que se dice que nos pertenece, para ayudar a los demás. Nos implicamos completamente en la práctica del don. Por lo tanto, el don en sí mismo proviene de uno, es algo a lo cual se renuncia. Es algo que forma parte del que  se da. Es por eso que el don y la persona que da están en unidad.

 

Pregunta 6: ¿Es posible que controlando  la respiración se obstruya el zazen? ¿Qué hacer en ese caso?

RYR: Respirar es una práctica de recibir y de dar. Inspiro y recibo la energía del aire que inspiro, la energía del cosmos, luego espiro y lo devuelvo. Particularmente en zazen cuando se espira, nuestra espiración es también una forma del don. Se «suelta presa» de aquello que se quiere conservar. Sabéis que hay prácticas en ciertas formas de yoga en donde se hace retención del aire. En el Zen, es lo opuesto: todo lo que se recibe se devuelve inmediatamente. Eso se vuelve una forma de don, porque el aire que espiramos esta habitado por la práctica de zazen. A nivel vibratorio hay algo comunicativo en el hecho de espirar juntos en un dojo y cada uno recibe los beneficios de la espiración de los demás. No se retiene nada. Y sobre todo no se conservan los méritos de zazen. Los méritos de zazen son ilimitados. Son extremadamente numerosos, pero el bodhisattva que practica en la dimensión del Gran Vehículo difunde inmediatamente los beneficios de su propia práctica. No los conserva para sí, sino que los brinda a los demás. Es lo que se dice cuando cantamos los Cuatro Votos del bodhisattva. La ceremonia es una dedicatoria. Nunca se hace una ceremonia para uno mismo, al menos en el Zen. Es siempre para los demás. Es por eso que en Japón las ceremonias duran demasiado tiempo, para mi gusto, porque comienzan por dedicar la ceremonia a Buda, luego se hace una segunda ceremonia con un segundo sutra dedicada a los Maestros de la transmisión, luego a la familia y finalmente a todos los seres. Se quiere hacer una ceremonia en cuatro etapas para asegurarse que se incluye a todo el mundo en la ceremonia, porque la esencia misma de la ceremonia es la prática del don.

 

Pregunta 7: ¿Es que el apego exagerado puede bloquear la práctica?

 RYR: Por supuesto que sí, pero depende del apego a qué. De todas formas, de manera general, todo apego bloquea la vida y por lo tanto bloquea la práctica. Pero al mismo tiempo se puede decir que es una primera etapa. No hay que desatender el hecho que hay mucha gente que sufre y que están en búsqueda de un remedio a sus sufrimientos. Pueden comenzar la práctica por el apego a que tienen la esperanza de remediar a sus sufrimientos a través de la práctica. En ese caso es una puerta de entrada: es mejor estar apegado a la práctica en ese estado de ánimo que no practicar. Pero si se practica con un maestro que transmite una enseñanza justa, él no va a condenar ese apego a la práctica y a los méritos de la práctica, sino que va esforzarse en transformar el espíritu de la persona, para que poco a poco se dé cuenta que el hecho de dar a los demás los méritos a los cuales está apegada es la forma superior de práctica, y que finalmente, la práctica se  vuelve favorable también a aquel que practica con espíritu mushotoku, es decir, sin apego.

 

Pregunta 8: No puedo «soltar presa» de mi respiración.

RYR: Insisto muchas veces en el hecho que siempre existen dos etapas. La primera etapa es la de concentrarse conscientemente en la postura, pero tambien en la respiración. Concentrarse conscientemente es una forma de apego. Un apego a la práctica de la respiración, se piensa en espirar profundamente, largamente, se hace descender la espiración hasta por debajo del ombligo y por lo tanto hay un proceso consciente de concentración en la respiración que es una forma de apego. En cuando se practica conscientemente hay una forma de apego, pero, en este caso, es un buen apego, porque eso nos permite entrar en la práctica. Luego, si la práctica, gracias a ese apego, se vuelve suficientemente fuerte, nos llevará más allá. Dicho de otra manera, en un segundo tiempo no se piensa más en la respiración. Se produce sola. Por lo tanto se vuelve un don y no algo que se hace para obtener algo.

 

 Pregunta 9: El don como limosna a los monjes, por parte de los laicos, a cambio de una enseñanza ya casi no existe en Japón, y en absoluto en Europa. ¿Cómo sobrevivir como monje en Occidente?

RYR: Como monje es muy simple, hay que trabajar. El Maestro Deshimaru lo dispuso muy rápido durante su misión. Decía: «Débéis trabajar». La idea que un monje no debe trabajar en la sociedad es una idea del Pequeño Vehículo. Los monjes Theravada no tienen ni siquiera derecho de practicar en la sociedad, solo deben vivir de la limosna. Evidentemente eso dificulta su práctica en Europa porque se supone que no ejercen una actividad profesional. Pero los monjes zen al contrario, se da por sentado que trabajan. Por lo tanto el problema no se plantea.

P 9: En Japón lo que pasa es que los templos son financiados por los laicos, con el kito y cosas de ese tipo. Es de ahí de donde viene el dinero. Pero es también como un negocio familiar, son templos de familias.

RYR: Tienes razón en precisarlo. Yo también estuve, como tú, en templos en Japón donde la limosna es una práctica real, vivida. Es decir que en el templo en donde estuve, una vez por semana los monjes se ponen sus sandalias, cogen sus cuencos, deambulan durante toda la mañana por las calles y mendigan, con el sombrero bajado de manera de no vean a la persona que les da. La persona que da ve al monje, pero el monje se contenta en inclinarse para agradecer sin ver la persona que da. Hacen eso como complemento de ingresos para el templo, pero, incluso si bien no es irrelevante, no es con eso con lo que pueden vivir. Lo hacen como un don de los beneficios del don, es decir que, con esa limosna dan la oportunidad a la gente de obtener los méritos por el hecho de practicar el don. Y en consecuencia, el monje da tanto como aquel que hace el don a los monjes.

 

Traducción: Dojozen Genjo Pamplona/Iruña

 

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