Confusión ente budismo, terapia, ténicas de bienestar,: Trampas en la vía, Roland Yuno Rech
CONFUSIÓN ENTRE BUDISMO Y TERAPIA O TÉCNICAS DE BIENESTAR
Una trampa reside en la confusión entre budismo y terapia.
Considerar la Vía como una técnica de bienestar para satisfacer los deseos del
ser humano. Se trata de la trampa del materialismo espiritual. A pesar de que
la búsqueda del bienestar es una puerta de entrada a la práctica, no hay que
dejar a los practicantes en la ilusión de que ese es el sentido de la práctica,
y que no hay nada más, en cuyo caso se trataría de una práctica basada en la
avidez y reforzaría el apego al ego. Finalmente, no hay verdadero bienestar
mientras no estemos en armonía con nuestra verdadera esencia, mientras no nos
hagamos un ser auténtico. El verdadero bienestar depende del despertar.
Parece legítimo que la gente tenga necesidad de bienestar y
de seguir una vía que le aporte beneficios, bienestar, paz de espíritu.
Seríamos estúpidos al descuidar esta dimensión de la práctica. El Maestro
Deshimaru insistía siempre –y sobre todo en conferencias destinadas a los
principiantes- en los beneficios de zazen, llegando a detallar todos los beneficios
para la salud, la psicología. Cuando hablaba de ello, enseguida precisaba:
“Pero los méritos de zazen no se realizan más que si sois mushotoku”.*
La trampa del
materialismo espiritual
Aquí nos confrontamos con la trampa de la avidez, si
buscamos instrumentalizar la Vía para buscar un resultado, con un espíritu de provecho.
Esta avidez anula los beneficios de la práctica pues ya no estamos en el
espíritu de la Vía. Nos equivocamos de
base reproduciendo en la práctica de la Vía, ese espíritu de avidez que
es el veneno fundamental y que hace que jamás seamos liberados.
En el objetivo del bienestar, hay un gran riesgo de reducir
la dimensión liberadora de zazen a algo que nos ayuda a sentirnos mejor, a
resolver nuestros pequeños males cotidianos, pero que, de hecho, conduce a
reforzar el ego todavía más, la fuente de los apegos y que va a deformar la Vía
para su provecho. “Si reducimos la Vía a ser un medio para algo, nos privamos
nosotros mismos de su dimensión liberadora”.
Es delicado pues se precisa compasión ante la gente estresada
y que busca una mejor calidad de vida y, mostrarles la práctica de zazen puede
probablemente ayudarles a estar menos estresados, pero es preciso ser capaces
de abrir el abanico de la Vía para hacerles descubrir todos sus aspectos.
Querer el bienestar, la paz del espíritu no es idiota. No hay que condenarlo
sistemáticamente: “Vienes por el bienestar, tienes razón, pues aquí enseñamos
el verdadero bienestar”. Hay que hacerles reflexionar sobre cuál es el
verdadero bienestar. Pero, sobre todo, no dejarles en la ilusión de que eso es
el sentido de la práctica y que no hay nada más. La preocupación de los
enseñantes es mantener la tradición y no “rebajarla” a técnica. Clarificar el
sentido de la palabra zen, recuperado en muchas técnicas de bienestar o de
cuidados: “¡Hoy soy zen!” Mucha gente practica con esta óptica, piensa que
tendrá más posibilidades de éxito. Lo que te falta en el kárate, es el
espíritu, entonces ¡practica zen!
Por otra parte, es interesante aceptar el aval que la
medicina da a la meditación, gracias a las técnicas de mindfulness, utilizadas
en psiquiatría, lo que ha permitido cambiar mentalidades con respecto a la
meditación y desplazarla del rango de secta a una recomendación médica. El
Maestro Deshimaru estaba convencido de los beneficios de la meditación sobre la
salud e intentó probarlo con médicos, que buscaban pruebas objetivas de los
beneficios de zazen. Ahora los beneficios son conocidos. Pero no hay que creer
que es la finalidad de zazen. Esa sería de nuevo una perversión que reduciría
la Vía a un tomate cherry, como decía
Kodo Sawaki.
A menudo, la gente que empieza una terapia o desarrollo
personal, es invitada a contactar con su verdadero deseo para dejar de sufrir; pero
un comportamiento así, puede producir individuos muy egóticos. Lo que creemos que
es nuestro verdadero deseo, está condicionado por múltiples parámetros, que no
son tan auténticos. Sin embargo, los terapeutas consideran que su trabajo es un
trabajo limitado, tiene por objeto ayudar a la gente que tiene montones de
obstáculos en su existencia a satisfacer sus deseos. La vocación de la vida de
un ser humano no es sólo satisfacer sus deseos fundamentales, hay una vía
espiritual que realizar.
Querer satisfacer los propios deseos no es, a priori condenable, no proponemos el
ascetismo. Pero utilizar el budismo para satisfacer los propios deseos, es una
perversión de la Vía.
Hay que realizar el verdadero Sí, que no está encerrado en
la pequeña concha del ego y ahí, sentimos el verdadero bienestar. Es necesario
armonizarnos con el Dharma, la realidad profunda, ser verdaderamente sí mismo,
más allá de lo que creemos ser.
Finalmente, no hay verdadero bienestar, mientras que no
estemos en armonía con nuestra verdadera esencia, mientras no seamos un ser
auténtico. Finalmente, el verdadero bienestar depende del despertar.
El bienestar es un acercamiento a entrar en la Vía, pero es
importante hacer comprender lo que es el verdadero bienestar.
*Mushotoku: sin objetivo, ni provecho
*Dharma: Enseñanza de Buda, Ley cósmica
TRAMPAS EN LA VÍA DE ROLAND YUNO RECH,
PUBLICADO POR EL DOJO ZEN GENJO DE PAMLONA/iRUÑA.
zennavarra@yahoo.es.
donde podéis pedirlo al precio de 10 euros.
También en facebook: Zen Navarra
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