TRABAJAR EN UN HOGAR PARA REFUGIADOS- ENTREVISTA A SONJA LUKEN, MONJA ZEN
National Geografic
Trabajar en un hogar para
refugiados.
Entrevista a Sonja Lüken, monja zen.
Los
refugiados son un importante tema de actualidad. Tú trabajas en un hogar de acogida urgente para refugiados.
Sería interesante que nos hables de tu trabajo, porque tú estás directamente en
la fuente.
El hogar se encuentra en Monschau, cerca de
Aix La Chapelle (Aquisgran), en una antigua escuela, que está siendo utilizada desde octubre de 2015 para acoger a
los refugiados. 400 refugiados pueden ser acogidos. Actualmente 253 personas están
albergadas pero, en cualquier momento,
pueden llegar nuevos autobuses.
¿De donde vienen los refugiados?
La mayoría de ellos vienen de Siria, de
Afganistán, de Irak o de Irán. Pero otros son originarios de Marruecos o de
otros países de África como Eritrea, Guinea, Congo o Nigeria. En este momento
hay solo tres personas provenientes de los Balcanes (Macedonios).
¿Como se les
alberga?
Ellos
duermen en las aulas, en literas superpuestas. Según el tamaño de las estancias
podemos alojar hasta 16 refugiados por aula. La mayoría son hombres que viajan
solos, pero también hay familias enteras. Disponemos de emplazamientos
separados para alojar a las familias y asegurarles un mínimo de ambiente
privado. Pero frecuentemente nos vemos obligados a alojar dos o tres familias
en la misma aula. Ellos se construyen un espacio privado colocando sábanas
alrededor de las literas superpuestas.
¿Qué hacen los refugiados durante todo el
día?
Ciertamente que algunos se
aburren. La mayoría de ellos pasan el día en el interior de los edificios. Hay
muchas posibilidades pedagógicas: una sala de música, una sala de creatividad,
un laboratorio de lenguas, con ordenadores, para adquirir un conocimiento
básico del alemán, una sala de fitness con
mesas de ping-pong. Hay también un café reservado a las mujeres y un jardín de
infancia. Algunos residentes ayudan al funcionamiento del hogar.
¿De qué actividades se responsabilizan?
Ellos se ocupan, por ejemplo, de la limpieza, de las basuras, de
la vigilancia de los aseos, distribuyen los alimentos o ayudan en la
lavandería. Algunos residentes ayudan en el jardín de infancia mientras que
otros acompañan a las personas a la consulta del médico, para ayudarles como interpretes.
Todas estas tareas se consideran de interés general y son compensadas con un
salario mínimo. Muchos trabajan seis horas al día.
¿En qué estado se encuentran los refugiados a su llegada?
Los
refugiados están frecuentemente agotados a su llegada. En ocasiones llegan 150
al mismo tiempo. Esto supone entonces un desafío logístico: acogerlos en
nuestro sistema, organizar una visita médica, darles de comer, asignarles un
lugar para dormir. Yo me entero de poco acerca de su vida, del camino que han
recorrido, de cómo han llegado hasta aquí, esto es debido a que yo no hablo su
lengua. Una comunicación directa es prácticamente imposible. Mediante colegas
de nuestro equipo que hablan farsi(
persa) o árabe, conocemos más detalles de sus historias. Nosotros, el
personal del centro, estamos tan ocupados por nuestro trabajo que disponemos de muy poco tiempo para tener
un contacto más profundo con los refugiados. Nuestro principal reto es
mostrarles que son bienvenidos a nuestra cultura, acogerlos con bondad y
ayudarlos, lo mejor posible, a su integración.
¿Cuáles son tus actividades en el
centro?
Yo trabajo
como empleada enseñante en la administración, me responsabilizo de las listas
de residentes, el reparto de habitaciones, del dinero de bolsillo, de las
compras y de la información sobre las tasas de ocupación del hogar. Estoy también
encargada de pagar los salarios para los trabajos de interés general y apoyo a
nuestros asistentes sociales simplificando la comunicación por encima de las
barreras de los diferentes idiomas.. También preparo anuncios con imágenes
simples o frases cortas y concisas, que serán traducidas a continuación al
inglés, farsi (persa) o árabe.
¿Cuál es la atmósfera en el hogar?
Somos 32 personas trabajando en el hogar: los
responsables del hogar, los responsables del acompañamiento social, dos personas
de administración, una enfermera, una educadora de niños y 26 asistentes
sociales. Nuestro equipo está muy comprometido. Cada uno está dedicado a su
trabajo en cuerpo y alma, el espíritu de equipo es evidente para todos. Creo
que los residentes son conscientes de ello, porque el pasado fin de semana 22
nuevos refugiados vinieron, debido a la
recomendación de nuestros residentes. Al principio tuvimos que crear estructuras
para organizar el hogar. Con el tiempo pudimos consagrarnos, poco a poco, a las
tareas pedagógicas. Los trabajadores voluntarios están también bien integrados.
Ellos se ocupan en particular de la ropa y de las clases de alemán, así como
del transporte con sus vehículos. Invitan a los residentes a conciertos
musicales.
Tú estás ahora muy ocupada por tu trabajo. ¿Cómo haces para ir al dojô de
una manera regular?
Busco tiempo
para ello. Zazen es mi fuente de serenidad y compasión. Evidentemente que
también hay disputas , confrontaciones y
momentos decepcionantes en mi trabajo. Zazen me ayuda siempre a volver a lo
esencial. Yo intento encontrar continuamente
un espíritu nuevo, no caer en una rutina para así encontrar a los
residentes, de diferentes culturas, con un espíritu abierto.
¿Puedes describir cual es la aceptación en el entorno inmediato?
Nosotros no hemos encontrado fuertes reacciones
como manifestaciones o amenazas, tal y como son descritas en los medios de
comunicación. La población es muy atenta. Evidentemente también hay prejuicios
y escepticismo. Una profesora deseaba, por ejemplo, venir con sus alumnos a
visitar el Hogar, porque había constatado que los alumnos hablaban
negativamente de los refugiados. Ello les daba, de esta manera, la ocasión de
establecer un conocimiento personal de los niños refugiados
¿De manera general cuál es tu visión
sobre la marea de los refugiados?
Es un tema
difícil. Existen muchos miedos. Para mí un trato humano está en primer lugar.
Acoger a hombres y mujeres con humanidad y no, por ejemplo, con gases lacrimógenos, porque ellos quieren
atravesar una frontera. Esto debería ser evidente.
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