Como hijo primogénito de la familia Tachibanaya, el destino de Ryokan era el de suceder a su padre en los cargos públicos, por lo que con 17 años dejó el colegio de las Tres Cumbres, estudió para ser el futuro alcalde y comenzó el aprendizaje como myoshu , es decir, como encargado de la justicia en el pueblo. Izumozaki era el lugar de embarque para llegar a la isla de Sado, donde se encontraba la mina de oro más rica de Japón. Por esta época detuvieron a un presunto ladrón al que se le acusaba de haber robado mercancías de un barco naufragado. Durante el interrogatorio, la policía lo mató. Este acontecimiento trastornó a Eizo y tomó conciencia de su impotencia e incapacidad para gestionar este tipo de situaciones. Escribiría: “Es evidente que soy incapaz de llegar a ser myoshu. Todas las acciones que he hecho creyendo que favorecerían a las personas solo han hecho acrecentar la confusión y el descontento”. La benevolencia, la equidad, el respeto al otro, la sa...