Tiro con arco y espiritualidad I, Arthur Duch
TIRO CON
ARCO Y ESPIRITUALIDAD I
¿Qué sabemos del tiro con arco?
A la mayoría
de las personas cuando nos hablan del tiro con arco, la primera imagen que se
nos presenta es de las películas de los indios de Norteamérica, Robin Hood, o
como deporte en las olimpiadas.
Es una práctica bastante desconocida, pero
más aún su práctica como camino espiritual.
En Japón entre los siglos VIII al XVI surgió
la figura del guerrero feudal, el Bushi, (Samuray para los occidentales) en ese momento los japoneses estaban inmersos
en una inacabable guerra civil.
Diversas corrientes religiosas les ayudaron a
fortalecer su espíritu, entre ellas el Budismo zen, de él el Bushi tomó la
confianza en el destino, la aceptación de lo inevitable, la respiración y la
atención en el momento presente.
Entre otras prácticas que desarrollaban estos
guerreros, tenían el tiro con arco, que practicado con especial atención y
cuidado repetido, se convirtió en un entrenamiento del yo interior.
Con la llegada de las armas de fuego, el tiro
con arco tomó una dimensión diferente, se transformó en una ceremonia, donde el
arquero se apuntaba en sí mismo, convirtiéndose así en un camino espiritual.
Zen y
tiro con arco
En el tiro con arco igual que en el zen, se
da una importancia primordial a la postura, la respiración y la actitud de la
mente.
Es necesario una estabilidad perfecta para
tensar, apuntar y disparar (soltar la cuerda) con precisión, este equilibrio
solo es posible si se dan las condiciones siguientes: relajación, tono muscular
e inmovilidad.
Lo más importante no es acertar en el centro
de la diana, si no encontrar un estado psicofísico y espiritual de equilibrio,
que su influencia sea tal que llegue al resto de acciones de la vida.
El espíritu del arquero se identifica con la
actitud zen en cuanto a la ausencia de intención, utilidad, fin o provecho, es
decir, tiene que apuntar en el centro de la diana, pero su mente tiene que
estar al margen del deseo de acertar o la inquietud de fallar.
La postura del arquero no es un elemento
estético, sino la condición imprescindible que proporciona equilibrio,
precisión y concentración.
No pensar ni en el pasado ni en el futuro,
solo es importante el presente, estar atento a cada gesto para realizarlo con
la mejor perfección posible.
La postura correcta y la lentitud de las
acciones tienen por objeto armonizar al arquero con todo el proceso del tiro.
El arquero, su mente, el arco, la flecha y la
diana deben ser una sola y misma cosa.
A menudo surgen pensamientos que enturbian el
proceso del tiro y provocan un tiro de mala calidad, estos pensamientos son
obstáculos: enfado, felicidad, ansiedad, dolor, sorpresa y miedo. Pensamientos
y sensaciones engendrados por nuestra mente que afectan negativamente nuestro
cuerpo y nuestra mente.
Esto sucede porque es el resultado de
nuestros deseos y fijaciones en nuestra mente, por el valor que damos a las
cosas externas.
De aquí derivan (según Joseph Epes Brow)
muchos de los tiros de poca calidad que se pueden hacer. Es la idea errónea del
“yo” yo soy el que lanzo la flecha.
Mientras esta conciencia del “yo” este
egoísmo no se controle, el arquero no será completamente libre en su acción.
La dejada o suelta (momento en que los dedos
sueltan la cuerda del arco) es un instante crucial, de este momento depende el
resultado de todos los pasos que hemos dado hasta llegar aquí, la dejada tiene
que ser suave y debe suceder por sí sola, ha de sorprender al arquero.
El arquero tiene que dejar de ser consciente
de sí mismo, porque él no es quien lanza realmente la flecha.
Después de muchos años de práctica y haberse
sumergido en el camino del arco para toda la vida, el arquero ya no es quien da
las órdenes de sus acciones, si no que se da cuenta que se ha convertido en
observador de lo que está haciendo.
En este
instante se ha abandonado el “yo”.
Pues ¿Quién
lanza la flecha? “ESO”, “ESO” solo lo experimenta el arquero consumado, y “ESO”
es la presencia del espíritu.
Repito, esto solo se produce cuando el
arquero, el arco, la flecha, el blanco y el yo se han fundido el uno con el
otro.
Libros
sobre tiro con arco y espiritualidad
En occidente y en lengua castellana se han
editado numerosos libros de tiro con arco, como El Arte del Tiro con Arco de Joseph Epes Bruwn, El Tiro con Arco de
Ananda K. Coomaraswamy; Kyudo en comic
de J. Santos, Kyudo El Arte Japonés del
tiro con arco de R.B.Acker.
Pero el más conocido del cual se han editado
innumerables ejemplares en muchísimas lenguas es el de Eugen Herrigel, profesor
de filosofía y teología en las universidades de Erlangen y Heidelberg.
[Entre la
primera y la segunda guerra mundial tuvo la oportunidad de dar clases en la
universidad imperial Tohoku SendaÏ de Japón. Después de mucho insistir (pues los
japoneses creían que un occidental nunca comprendería su arte) logró ser
aceptado en el Dojo, donde un profesor compañero
en la universidad, practicaba el camino del zen en el tiro con arco. Vivió y
practicó en Japón durante cinco años, a su regreso esta experiencia había
cambiado su vida.]
En 1936 pronunció una conferencia en la
sociedad Germano-Japonesa sobre el arte de la arquería, esta conferencia
contenía los primeros esbozos de su futura obra EL ZEN EN EL ARTE DEL TIRO CON ARCO, donde recoge estas profundas
vivencias.
molt bo i interessant
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