Chodo An: Ermita de la Vía del Pájaro, Antonio Taishin Arana, dojozen Genjo

 

 

 

 CHODO AN: ERMITA DE LA VÍA DEL PÁJARO

“Faciendo la Vía…” 

Marqués de Santillana

                   

                                               En primer lugar Gracias.

Agradeceros a todos, a todas que habéis hecho posible la realidad de la Ermita de la Vía del Pájaro con vuestra dedicación, energía, concentración... El haber logrado ese acogedor entorno de profundo silencio que nos ha permitido celebrar las primeras ordenaciones de bodhisattva en ella.

Los eguzkilores, las flores del sol,  nos marcaban el camino.

 

 y guiados por ellos llegamos entre la niebla, quizás turbios los pensamientos y desasosegado el cuerpo. Nos llevaba el gran asunto, el encuentro con el zazen y la ascensión a la raíz íntima de cada uno.

 
 

Sentados bajo la cúpula, hacerla ha sido el samu que más tiempo ha costado: el sonido del silencio.

 

 Silencio transparente en el que vuela el pájaro y en el que confiante avanza con las alas abiertas sin perder nunca  su camino. Y ese pájaro que en ese vasto cielo sin horizonte vuela en lontananza, es el auténtico pájaro. Y como él, el buen practicante, el buen caminante, no deja huellas:Mosshoseki, sin huellas.

 

 Daichi nos dirá en su poema Chodo An:

Si quieres alcanzar

la vacuidad infinita

lanzándote en ella con tu propio cuerpo,

debes ir paso a paso

en la Vía profunda del Pájaro.

Tu mirada y tu oído no deben apegarse a las ilusiones,

de esta forma

no perturbarán tu sueño apacible

en la vida libre.

 Tras el zazen, hicimos la ceremonia de Kaigen (Apertura de los ojos del Buda), y posteriormente la ceremonia de  Jukai, la toma de refugio en el Buda, el Dharma, la Shanga, la recepción de los preceptos, de las bases que fundamentan una vida ética como colofón a los talleres de ordenación sobre  el hecho de Ser bodhisattva hoy que habíamos realizado. Bodhisattva  como ser del despertar que no permanece en el nirvana por compasión ni  en el samsara por sabiduría. Hablando de esgte camino, Kodo Sawaki nos decía: “Vivo la vida con mucha gratitud, con mucha precaución y respeto como si anduviera sobre una fina capa de hielo, lo más importante es no ser un obstáculo para nadie”.

Como expresamos en los preceptos se trata de reconocimiento, pero también de actualización y de estabilización de estos faros guía que recitamos para dar una dirección a nuestra vida en este camino de libertad en que la libertad,  que zazen día a día nos enseña, es el camino.

Haciendo camino, cantamos por nosotros, pero también por los que están a nuestro lado. Recorramos esta hermosa vía sin camino. Que nada detenga nuestro paso alegre en el caminar en ella. y como despedida nos decía Daichi en el poema que escribe a sus queridos discípulos:

No os quedéis en la montaña de la soledad.

Remando en el agua turbia del viejo embarcadero,

el más elevado espíritu de compasión

penetra los tres mundos.

Debéis estar satisfechos

con ser los barqueros del mar del sufrimiento.

 

En gassho, Antonio Taishin Arana , dojozen Genjo Pamplona/Iruña.