Elogio del aburrimiento: Aburrimiento profundo e inquieto de Byung Chul-Han
ELOGIO DEL ABURRIMIENTO I
Es
posible que el aburrimiento no haya sido visto nunca como una necesidad humana,
es más se ha visto siempre como algo que hay que romper a toda costa. Romper el
aburrimiento está detrás de innumerables problemas y puede ser posible que
salir del aburrimiento nos este metiendo siempre en problemas.
Los
niños se aburren constantemente, y sin embargo tienen una facilidad asombrosa
para transformar el aburrimiento en juego. Para ellos el aburrimiento es un
desafío creativo. Cuando un niño dice a sus progenitores, ¡joooo!, me aburro;
sus progenitores pueden echarse a temblar, no hay nada más peligroso que un
niño aburrido, pero no pasará mucho tiempo hasta que sin darnos cuenta haya
encontrado un sencillo juego, con la cosa más sencilla.
También
podemos describir el aburrimiento como un pasaje, como un desierto que
atravesamos y nos conduce hacia una tierra nueva.
El
filósofo Byung Chul-Han distingue dos tipos de aburrimiento. El aburrimiento
profundo y el aburrimiento inquieto.
Nuestros
días según Byung se caracterizan por una incapacidad para aburrirse. Esa
incapacidad convierte el aburrimiento en inquietud, que no tiene ninguna
capacidad creativa, que no conduce a una tierra nueva, que es un deseo continuo
de continuar con lo de siempre.
A
mi modo de ver, en una sociedad sobre-estimulada cuando el estimulo cesa,
aparece lo que ya existía cuando estábamos estimulados, la inquietud.
Diríamos
que tanto el deseo del estimulo, como el estimulo provocan la inquietud y nos
hacemos conscientes de ella cuando el estimulo cesa. El estimulo nos ha hecho perder la conciencia
de la inquietud.
Por
poner un ejemplo, encendemos el ordenador con inquietud, navegamos por internet
con inquietud, y cuando apagamos el ordenador nos hacemos conscientes de esa
inquietud. Para romper esa inquietud que no se puede soportar se enciende de
nuevo el ordenador y así el individuo queda atrapado en un círculo vicioso que
solo se puede romper dejando que la inquietud se disipe y se convierta en
aburrimiento.
El
aburrimiento profundo puede soportarse cuando este no se ve como una
negatividad, como algo que no debiera ser, sino como un pasaje normal dentro de
la existencia.
De
hecho el filósofo Bertrand Russell, expone que toda gran obra debe tener partes
aburridas, que el lector no puede estar en un mismo estado durante toda la
lectura. Casi todo lo contrario de lo que ocurre hoy en nuestros días, al menor
sentimiento de aburrimiento lo dejamos pasamos a otra cosa, porque hay miles de
reclamos que nos van a ofrecer diversión al instante. Nuestro mundo está preparado para el zapping.
Para una búsqueda continua sin aburrimiento que en el fondo es tan solo
inquietud.
Dentro
de unos años es posible que el ser humano este incapacitado para leer una
novela entera, por no poder soportar esas partes aburridas que sin duda las
hay, o porque para leer se necesita una capacidad para concentrarse que el ser
humano está perdiendo. Internet no solo está destruyendo el papel sino la
capacidad para concentrarse y para aburrirse.
Incluso
es posible que alguien que me este leyendo piense, ¡vaya pesado de tío, con la
de cosas que me están esperando, necesito un estimulo y no esperar a ver lo que
me quiere decir!
Sin
embargo a mí no me extraña para nada que alguien piense así independientemente
de lo que yo tenga que decir, el otro día escuche a una bloguera que decía que
el tiempo para llamar la atención en internet eran de 15 segundos, es el tiempo
que le cuesta a un internauta pasar a otra cosa si ésta no le llama la
atención.
Byung
definía internet como una caja de resonancia narcisista donde todos quieren
llamar la atención. Pero si en vez de llamar la atención uno desea comunicar algo,
quizá internet no sea el lugar adecuado. El problema es que esa manera de
funcionar también se traslada a nuestras vidas,
y a nuestra mirada al mundo, y a nuestras relaciones con el prójimo.
Eduardo
Donín García.
Muy bueno. pragmatico
ResponderEliminar