La Vía del corazón, Patrick Pargnien
ZAZEN,
VÍA DEL CORAZÓN
Es en la absorción en el cuerpo sentado, en el
ritmo, en el movimiento del aliento, en la absorción en la experiencia viva de cada instante donde
puede tener lugar la disolución de las obsesiones, de las rumias mentales, de
los diferentes apegos y condicionamientos. Ahí puede darse la disolución de la
apropiación y del sistema de funcionamiento de la identificación.
Por difícil que pueda parecer, únicamente hay que realizar la liberación de los lazos, de
los apegos a ese sistema de funcionamiento. Mientras estamos atados a ese sistema, estamos presos
en el torno de la dualidad del aferre y del rechazo, de la exclusión sin
tener siempre consciencia de que eso es sufrimiento.
Cuando estamos así sentados, sentadas, lo que
importa no es que haya fenómenos mentales o que no los haya, el punto crucial
es liberarse de la apropiación y del sistema de identificación con ella. De
todas formas, mientras estamos vivos nuestra existencia siempre estará jalonada de fenómenos, de condiciones, de acontecimientos a veces agradables, a
veces difíciles, incluso muy difíciles.
Lo que importa es cómo entramos en relación con
esto. Cómo la mayor parte del tiempo estamos atados a ese sistema de identificación
y de apropiación, actuamos a favor o en contra de manera reactiva. El sistema
que llamo « sistema condicionado » actúa de forma reactiva, actúa
para sobrevivir. Desde nuestra infancia somos condicionados para alcanzar
diferentes objetivos, para ser eficaces, para luchar, para realizar algo, para
llegar a ser alguien. Nunca hemos sido acompañados para ser sencillamente.
Nunca hemos sido acompañados para vivir, para hacer realidad la felicidad, la
sencilla alegría de ser. Nunca hemos sido acompañados para estar afinados,
acordes con la danza, con la música del universo.
El sistema de funcionamiento al que estamos atados,
identificados es también el sistema de funcionamiento de la sociedad humana.
Este sistema genera la exclusión, la miseria, el hambre en el mundo, las
guerras, el sufrimiento.
Es en este sentido que es esencial no solamente
sentarnos aquí en el dojo, sino de establecernos en esta atención pura, (es
decir en una atención que no aferra nada, que no rechaza nada) en los mínimos
hilos del tejido que componen nuestra propia vida. Pues es esencial que podamos
iluminar ese sistema de funcionamiento, liberarnos no solamente para nosotros
mismos, para nuestra propia existencia, sino para todos los seres.
Todos los seres, es decir, no únicamente los seres
humanos, sino todos los seres vivos : los vegetales, loa animales, los
minerales… Hacer así realidad de forma profunda, no solamente desde un punto de
vista filosófico, la interdependencia.
Entonces sentarse, totalmente sentarse y andar en la
vía de la liberación, andar por/para sí-mismo, también para los otros ; no
por una intención voluntaria de hacerlo, sino por el hecho de esta
interdependencia con todos los seres : lo que se libera en
nosotros-mismos, lo que se despierta en nosotros-mismos, se libera y se
despierta en todos los seres.
Entonces en este sentido, ir en la vía de la
liberación es una de las mayores ayudas que podemos hacer para la humanidad no
solamente en la meditación sentada cara a la pared, cara a sí-mismo sino
también en esa pura atención que podemos establecer en cada acción, en cada
forma de ser en nuestra vida.
En el seno de la atención pura se despliega la
inteligencia del corazón que irradia naturalmente, sin intenciones para todos
los seres.
Patrick
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