DEL DOLOR Y SUS ADJETIVOS
(En sufrimiento de Lluís Codina)
DEL DOLOR Y SUS ADJETIVOS (puzzle)
DEL DOLOR:
“Puedes tener un dolor errático,
que varíe a menudo de localización.
Fulgurante, que aparezca y desaparezca.
Gravitorio, que causa sensación de pesadez.
Irradiado, que se manifiesta de forma arborescente siguiendo
una dendrita o terminación nerviosa.
Osteoscópico, que se produce en las superficies óseas sólo
cubiertas por la piel.
Pulsátil, que late de forma dolorosa en las partes inflamadas.
Pungitivo , que se presenta en forma de pinchazo.
Referido, adscrito al músculo aponeurótico y percibido en una
zona cutánea.
Reflejo, percibido en una zona distinta de donde se asienta
la lesión.
Sordo, que es leve pero continuo.
Terebrante, intenso, semejante al que pudiera producir un
barreno.
Urente, que se siente con escozor o picazón.
Todos estos dolores físicos son registrables o cuando menos definibles
en términos médicos. No así los dolores psíquicos del alma, cuyas causas proceden de una oscuridad, la del
inconsciente, aún más vasta que la del cuerpo…
Los chinos denominan al dolor t´ung k´u una de cuyas acepciones es
precisamente amar en exceso”.
Mario Satz, El eje sereno y la rueda de las emociones.
Edit Miraguano 2009
DEL SUFRIMIENTO:
“Para mí el sufrimiento es más bien un signo, un síntoma de una disfunción
que es la del desconocimiento de nuestra profunda realidad. Este
desconocimiento trae la falta, la frustración, la necesidad de construir un ego
artificial.
Podemos distinguir entre el dolor y el
sufrimiento. El dolor puede existir independientemente del ego, del dolor
físico, de la enfermedad, al reenviarnos todo esto a nuestra fragilidad.
Hay siempre una oposición al dolor, una
revolución que transforma ese dolor en sufrimiento. Funcionamos entonces de una
manera exclusivamente dualista y todo ese dolor se convierte en sufrimiento.
Diría que el sufrimiento es una
dramatización y una no aceptación del dolor por parte del ego.
Somos una concretización de la energía
cósmica que en un momento dado toma forma
Entonces en verdad no tenemos principio ni fin. Todo lo que constituye
nuestro ser no nos pertenece en propiedad ”
“El ego en general y el sufrimiento den particular” Roland Yuno Rech de
Ser monje hoy (Editorial Milenio)
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