Volver a las raíces, Artur Shogyo Duch

 

 


 

 TEISHO EN LA SESSHIN DE ARTIEDA: VOLVER A LAS RAÍCES

Artur ShôGyô Duch

 

SENG-TS’AN, SOSAN. Tercer patriarca chino, Discípulo de EKA, fué el autor del Sin Sin ming, en chino, Shinjinmei en japonès, (Inscripción sobre la fe en el espíritu). Falleció hacia el año 606.

El Maestro Sosan nos dejó dicho:  Volver a las raíces es encontrar el significado, pero perseguir las apariencias es alejarse del origen”.

¿Qué nos quiere decir Sosan con estas palabras?

¿Cuál es el significado de todo, de los árboles, de los humanos, de los animales?. ¿Cuál es el significado de la tierra y del cielo?.

Hemos de tener en cuenta que la mente sólo puede entender a través del contraste, de lo dual, el significado está en su destino. El final, para la  mente debe estar en el lugar a donde vamos. Pero, ¿a dónde vamos?

 La existencia, la naturaleza es unitaria, el espíritu natural consiste en no elegir, en no juzgar, en no condenar.

Un ejemplo interesante es que, cuando una criatura nace y hasta los tres o cuatro años, no elige mentalmente, no interpreta, en este tiempo somos igual que un pájaro, que un zorro, que un árbol o un riachuelo, somos un fluir, funcionamos con los impulsos que recibimos de nuestro alrededor. Después de estos primeros años, descubrimos el YO y lo mío, y  nos llenamos de conocimientos, opiniones, conceptos, y aquí,  ya hemos perdido esta pureza, esta espontaneidad, este fluir con el todo que en realidad somos.

A causa del tipo de vida en el que nos vemos envueltos, el exceso de información y contrainformación, el trabajo, las prisas, los compromisos que nosotros mismos adquirimos, la economia familiar ..., a menudo llega un momento en que se nos enciende una luz roja. ¡¡Ya no podemos más!!.

¿Qué podemos hacer?

¡Sólo hay que entender!. No hace falta hacer mucho más, todo tiene que ser sin esfuerzo, sólo estar atentos a todas las situaciones.

La existencia se muestra ante nosotros de la manera que nosotros seamos, esta es una de las leyes fundamentales; todo lo que vemos depende de como estamos en nuestro interior, por esto cuando miramos un árbol, no vemos el árbol, vemos el árbol que nuestra mente ha creado, pero no lo que realmente  tenemos delante de nuestros ojos.

Deberíamos darnos cuenta de cómo nuestra mente dualista nos lleva a ver todas les existencias separadas, sin poder apreciar, la interrelación y la interdependència de todas las cosas.

No hay separación entre los opuestos, por ejemplo el día y la noche, el día se convierte en noche y la noche en día, forman un circulo completo, son complementarios y en el fondo son uno.

La vida y la muerte también aparecen como opuestos, porque nuestra mente está dividida. En el momento de nacer empezamos a morir, la vida se vuelve muerte y la muerte se vuelve vida. En el momento en que  morimos aparece una nueva vida, ( pero el ego no nos deja ver más allà), no nos vemos como la especie humana que somos, nos cuesta entender que formamos parte de un todo, y que la existencia es un círculo. El circulo chino del ying y el yang, o el “Enso”,  el círculo zen del sin principio ni fin.

Como estamos divididos, vemos el exterior dividido, cuando volvemos a nuestro origen llevando la mente al momento presente, nos hacemos uno, de repente la existencia se alinea y se hace una. Como en zazen, en los momentos donde sólo hay un cuerpo sobre el zafu que respira y nos fundimos en el tiempo, Samadhi.

Para la mente todo es conflicto. Cuando podemos estar en el aquí y ahora, podemos liberarnos del juego de la mente.

Volver a la naturaleza del ser humano original, consiste en no escoger, salir del dualismo.

Como nos dice Sosan, tenemos que buscar el significado en las raíces, no al final, sino al principio.

El principio es la semilla, así que, el final está en el principio y el principio en el final.

La semilla no está en el pasado, la semilla siempre está en el presente, es aquí y ahora porque todo el pasado está en el presente.

Nosotros somos la cáscara y la semilla, mirad en vuestro interior, la semilla siempre ha estado ahí.

Esto es la práctica de zazen. Mirad en  vuestro interior para así despertar la semilla que hay dentro de cada uno. Cuando la encontremos, el significado florecerá, ya que la semilla siempre ha estado aquí, solo falta practicar Shikantaza sin buscar nada, como decía Kodo Sawaki dejando que zazen haga zazen.

La práctica es la realitzación”, nos dejó dicho el maestro Dogen.

El presente es la infiltración de la eternidad en el tiempo.

Cuando vemos una flor, el pasado de la semilla hasta ahora, todo, está en este instante.

Si nos centramos en esta realidad inmutable, será regressar a las raíces y encontrar nuestra realidad original.

Artur Shogyo Duch

 

 

 

 

 

 

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