Introduccióna la filosofía china: Confucionismo y Taoísmo

 

                       

                                                                                                Tapiés

                              INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA CHINA III

                                          Confucionismo y taoísmo

 En este artículo hablaremos de las dos principales corrientes filosóficas de la China tradicional. El confucionismo y el taoísmo. Tanto confucianos y taoístas, parten de una misma cultura y de una misma cosmovisión, y buscan lo mismo la armonía entre el cielo y la tierra.  Ahora bien,  sus concepciones y respuestas difieren.

Podemos decir que es una discusión entre los de casa, sin ninguna interferencia de otras culturas o cosmovisiones.

El cielo es el orden, simboliza la unidad, y la tierra es la multiplicidad de las cosas. El yin y el yang son la base de la clasificación dualista china. En unas épocas el yin domina el yang, en otras el yang domina al yin. Decadencia y esplendor se alternan mutuamente.  Como dice el Tao: “Hay un tiempo para estar delante y un tiempo para estar detrás. Un tiempo para estar en movimiento y un tiempo para estar en descanso. Un tiempo para estar vigoroso y un tiempo para estar exhausto”.

 Sin embargo, existe un taoísmo religioso anterior al taoísmo filosófico que representa el Tao Te King, que tiene cuatro raíces:

-           El sacerdote taoísta como intermediario entre los dioses y los hombres.

-           La importancia del rito,

-           La creencia en los espíritus de los muertos,

-           La divinización de las personas fallecidas, si estas han hecho actos virtuosos.

La raíz religiosa del pueblo chino está fundamentada en ese taoísmo religioso que es anterior a los grandes textos taoístas que nosotros conocemos que son el Chuang Tse, y  Tao te King.  

La aparición de dichos textos se construye en contraposición al confucionismo que surgen prácticamente en la misma época. Ambas corrientes presentan soluciones a un mismo problema, la crisis política que se abre en China. La época que se conoce como la de Los reinos combatientes.

Por lo tanto la aparición de dichos textos se conciben en la época que Karl Jaspers denomino época axial, (500-400 a C aprox) donde aparecen en diferentes partes del mundo grandes figuras como Sócrates, Buda, Confucio, Lao Tse, los grandes profetas de Israel, donde se da un salto en el preguntar mismo a las grandes cuestiones sobre el ser humano.    

La unidad de China se resquebraja en reinos gobernados por nobles. Se cree que Confucio fue un funcionario estatal, y consejero de la monarquía, y que a raíz de la crisis política tuvo que salir de palacio.

La preocupación política de ambas corrientes, es volver a esa época dorada de antaño. La respuesta a la crisis está en seguir la tradición que se ha perdido. Confucio nunca se vio a sí mismo como portador de una filosofía nueva. Fue un reformista donde todo lo que pretendió fue revitalizar la sabiduría antigua de dicha época de esplendor.

La diferencia fundamental entre ambas corrientes está en donde sitúan aquel pasado glorioso. Los confucianos en la sociedad, en una sociedad armoniosa, los taoístas en la naturaleza.

Confucio recurriendo a la tradición persigue la virtud del hombre noble. Eso se consigue (según las máximas confucianas) a través de la educación y del  estudio de los libros de los antiguos y ancestros.  Dicho estudio está dirigido para practicar la virtud moral. Siempre existe esa referencia a los antiguos. “Los antiguos estudiaban los libros para mejorarse a sí mismos, los modernos, para impresionar a los demás” (Confucio).

El virtuoso no busca la vana gloria, y la finalidad no es el estudio por el estudio, sino la acción. La virtud moral se aprende y se practica. No es sin acción. Así los textos de Confucio, son sentencias cortas, que no requieren una gran complicación mental. Siempre guiados por la prudencia, “Es muy difícil ejecutar y llevar a la práctica las palabras altisonantes y grandes”. (Confucio) Por tanto hay que abstenerse de hablar de lo que no puede cumplirse.

El principio de la honradez en las acciones y no buscar la vanagloria. “Soy feliz comiendo arroz poco refinado, bebiendo sólo agua y usando el brazo como almohada. Como nubes que flotan por el cielo son para mí los honores oficiales y las riquezas injustamente obtenidas” (Confucio).

Todas estas sentencias son de fácil entendimiento y guías de vida. La orientación está dirigida para vivir en sociedad.

Sin embargo el sabio taoísta se aparta de la sociedad, renuncia a la política, y cree que los males se encuentran en la vida social que pervierte al ser humano. El taoísmo filosófico tiene una tendencia anacoreta y quietista, el sabio se refugia en las montañas.

No cree en las virtudes confucianas. El énfasis del Chuang Tse está en el olvido de toda pretensión, y no cree que pueda educarse la virtud. “En el confín del confín, estaba el cielo. En la sucesión de todo lo natural, la luz. En la oscuridad el eje. Así fue el origen de todo. Cuando lo comprendes. Parece que no lo comprendes. Al saberlo, parece que no lo sabes. Sólo no conociendo se lo puede conocer” (Chuang Tse).

El Chuang Tse reúne historias muchas veces paradójicas y en alguno de sus relatos se nombra a Confucio. O en cierta manera se le ridiculiza. La cuestión de fondo es mantener que el sabio taoísta es superior al sabio confuciano.

Sin embargo el Tao Te King, es un texto también taoísta, pero de un pensamiento más elaborado y con una intencionalidad política. En dicho texto se habla entre otras cosas,  de cómo debe de ser un gobernante.  No es una renuncia explícita a la política, sino una reflexión entre otras cosas sobre el arte de gobernar.

Los diferentes reinos deben de ser gobernados por el sabio taoísta, y el Tao te King debe de ser la guía tanto para el ciudadano como para el gobernante.  De la misma manera que en la república de Platón debía de ser el filósofo el gobernante, el Tao te King plantea que debe de ser el maestro taoísta el que gobierne.

Por tanto el Tao te King también puede ser leído como un manual del arte de gobernar. En muchos pasajes del mismo se alude a ello, por ejemplo: “Cuando el maestro gobierna, la gente apenas percibe su existencia. Inferior gobernante es aquel que es amado. Inferior más aún el que es temido. El peor el despreciado”. Es un arte del buen gobierno, que gobierna sin aparentemente gobernar, o podríamos decir sin coacciones. Sin violencia, sin ser temido. “Gobernar un gran país es como asar un pececillo: lo estropeas si atizas mucho el fuego”.

Sin embargo el emperador Wu (147- 87 a C) tuvo que tomar una decisión, o bien el confucionismo o bien el taoísmo debía gobernar. Dicho emperador eligió el confucionismo, y éste se convirtió en religión y filosofía de Estado. 

Eduardo Donin García         

  

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