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Mostrando entradas de abril, 2015

Sed vuestra propia lámpara: la última enseñanza del Buda.

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La foto es de José Luis Andrés, que hace un par de años publicó una entrada en su blog: Sed vuestra propia lámpara (www.satsangzaragoza.blogspot.com) en que hablaba sobre la Crisis zen. LA ÚLTIMA ENSEÑANZA DEL BUDA             Cuando llegó el final de sus días, mirando a sus discípulos Buda se preocupó por su propio hogar y por el hogar de ellos y decidió volver a su hogar, a Kapilavastu. Cada día, desde su debilidad daba unas breves charlas de cinco a siete minutos sobre el propio hogar. Cuando estaba acostado bajo los árboles del bosque de Sala en Kusinagara, el Buda se dirigió por última vez a sus discípulos insistiendo sobre la importancia del Dharma, de la enseñanza. Quería que la enseñanza y no una persona fuera el maestro de sus discípulos. Les dijo: “Sed vosotros mismos vuestra propia lámpara. Sed vosotros mismos vuestra propia isla. Vuestro recurso. No dependáis de nadie. Que mi enseñanza sea vuestra lámpara, que mi enseñanza sea vuestra isla, vuestro p

Eduardo Galeano

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Quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos. Eduardo Galeano .    Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada. Eduardo Galeano . Nuestros amigos de Bidari nos envían este homenaje:

Sencillamente presentes...

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Sencillamente presentes Si se explica zazen a alguien que no practica y se le dice que se trata de estar sencillamente sentado y de no hacer nada, esta práctica puede parecer muy aburrida, monótona, sin gran interés. Abordada desde el punto de vista de nuestro ego, zazen es así, como una forma de perder el tiempo mientras que pudiéramos hacer tantas cosas útiles en nuestra vida. Pero cuando uno se sienta y se compromete verdaderamente en la sentada de zazen, es decir que ponemos toda nuestra atención y nuestra energía en no estar más que simplemente sentados sin perseguir nada; de golpe nuestra mente cambia completamente. Es una completa revolución en relación a nuestra manera habitual de funcionar, siempre vueltos hacia los objetos bien sea exteriores –acciones, cosas por hacer- u objetos interiores, pensamientos, sentimientos, emociones… Ordinariamente estamos siempre muy ocupados pero cuando entramos en el dojo y nos sentamos en zazen, sólo nos ocupa una co